La información en la infografía
Actualmente cualquier ciudadano y más los numerosos usuarios inmersos en esta era digital, se encuentran con el problema de poder asimilar la cantidad de información que diariamente le llega a través de diferentes medios.
Poder hacer una lectura rápida de las distintas fuentes que despiertan nuestro interés, asimilar el contenido al que tenemos acceso, sacar conclusiones o relacionar las informaciones, clasificar esta información y almacenarla si es que creemos que nos puede ser útil -personal o profesionalmente- es todo un reto de optimización de nuestro tiempo.
Si para el lector es todo un reto poder asimilar la información diaria a la que tiene acceso, también lo es para los creadores o recicladores de la información, que tienen que hacer visible su contenido en la maraña de fuentes y redes sociales entre las que navegan los usuarios.
Esto ha conllevado al fenómeno de lo que podemos denominar «la instantaneidad», el contenido rápido o fast comunicación, así como al desarrollo de fórmulas gráficas y de contenido que atraigan y puedan ser rápidamente devorados.
Las fórmulas en cuanto al contenido
Han conllevado al reduccionismo de contenidos o simplificación excesiva de todo aquello que es complicado o puede ser complicado.
Cada día es más habitual que encontremos titulares que se rigen por hacer una lista: «10 cosas que conocer sobre…», «4 pasos para…»; promesas de resultados inmediatos y sin esfuerzo «Aprende a… en 10 días, garantizado y sin esfuerzos»; contenidos que nos ofrecen la solución «¿Te gustaría…?, «Acaba con…!», «Ya puedes…»; o aquellos que nos llevan a pensar que hemos encontrado la piedra filosofal «El Secreto de…», «3 cosas que no te contaron de…».
En el tema gráfico la solución de ofrecer un contenido visual rápido que nos permitiera conocer algunos aspectos o datos de un determinado tema ha sido la realización de infografías.
La infografía es una representación visual de los textos y de los datos relevantes que tiene por objetivo ayudar al lector mediante la simplificación de la información.
Distinción entre «simplicidad» y «simplista»
Alberto Cairo lo explica:
“El poder de la infografía en la era de los datos consiste en ofrecer al lector una visión reducida (simplificada, no simplista) y llena de sentido de la realidad”…
”Profunda simplicidad significa que la comprensión profunda de las cuestiones y los hechos pueden surgir a partir de representaciones muy simples si las mismas están diseñadas para ayudar a la cognición, si es que se adaptan a las capacidades y límites del cerebro humano y si están organizados para que coincida con el entendimiento promedio de la población a la que tiene por objeto informar“
Habitualmente los datos estadísticos se han presentado en simples gráficos -que no simplistas- que cualquier ciudadano puede claramente «leer», es decir, sacar sus conclusiones de una forma rápida y sencilla.
El problema de las representaciones clásicas como los diagramas de barras, gráficos por sectores o de tarta, tablas, pictogramas, histogramas… es que muchos diseñadores los consideran demasiado burdos, por lo que se tienden a omitir esos elementos en favor de representaciones más complejas, originales y «estéticas».
En su lugar gráficos de dispersión, cartogramas de Demers u otros elementos estadísticos más complejos y con representaciones muy elaboradas, son habituales en medios que cuentan con un buen departamento de infografía.
Resultados infográficos muy trabajados que son susceptibles de poder conseguir un puñado de premios ÑH y Malofiej, pero que quizás no pueden ser comprendidos ni asimilados correctamente por el lector medio.